Las tres partes del ser humano
El hombre en el estado en que fue creado tiene dos órganos: su cuerpo y su espíritu. Nuestro cuerpo no es nuestro ser, nuestra persona; simplemente es un órgano. Cuando un ser humano muere, su persona deja su cuerpo. Aunque su cuerpo se queda aquí, su persona se ha ido. Por tanto, el cuerpo es un órgano, no una persona. Al igual que el cuerpo, el espíritu también es un órgano. Mientras que el cuerpo es un órgano externo para contactar el mundo físico, el espíritu es un órgano interno para contactar a Dios y la esfera espiritual. El hombre, en el estado en que fue creado, tiene un cuerpo como su órgano externo, un espíritu como su órgano interno y un alma como su persona.
El alma es la facultad mental. Pertenece al nivel psicológico y tiene contacto con las cosas de la esfera mental. Es una parte más profunda.
El espíritu tiene contacto con las cosas de Dios. Para los problemas del cuerpo uno puede acudir a un médico. Para los problemas de la mente uno puede consultar a un psiquíatra. Pero sólo Dios puede resolver los problemas del espíritu.
Nuestro cuerpo por medio de sus cinco sentidos tiene contacto con las cosas del mundo material que se ven y se pueden tocar. (1 Tesalonicenses 5:23, Hebreos 4:12)
Nuestra alma es invisible, y sus tres funciones son la mente, la emoción, y la voluntad. Es la parte del hombre en la cual es consciente de sí mismo. Nos referimos a la esfera psicológica y emocional. De hecho, en la Biblia, la palabra griega para alma es psujé, que es también la raíz de psicología.
Nuestra mente, emoción y voluntad constituye nuestra alma, la cual es nuestra personalidad, es decir, quienes somos por dentro. Sin embargo, somos más que un simple cuerpo con un alma dentro de nosotros e ignoramos otra parte, nuestro espíritu.
Tal vez nunca haya pensado en esto: ¿Sabía usted que no sólo tiene un cuerpo y un alma, sino también un espíritu? Usted necesita su cuerpo y alma para existir como ser humano. Más tenemos una parte que es mucho más profunda y difícil de conocer que nuestra alma que es nuestro espíritu. Es mediante nuestro espíritu que tenemos contacto con la esfera espiritual.
Dios es Espíritu y creo el espíritu del hombre para que este pudiera tener contacto con El
Dios quiere entrar en el espíritu del hombre, para llegar a ser su contenido y su satisfacción. ¡Este es el propósito de la existencia humana! Usted no fue creado meramente para contener comida en su estómago ni para contener conocimiento en su mente, sino: Para contener a Dios en su espíritu. (Ef. 5:18).
La razón por la cual tenemos un espíritu humano:
Dios es Espíritu y nos creó con un espíritu semejante a Él, debido a que Él desea que le conozcamos y nos unamos a Él para tener una relación de amor con nosotros y vivir en nuestro ser.Antes de recibir la vida de Dios nuestro espíritu estaba amortecido, es decir en un estado de letargo o muerte. Pero al creer, Dios nos dio vida a vosotros, cuando estábamos muertos (Efesios 2:2) En Juan 3:6 nos dice que nuestro espíritu nace de Dios al recibir el Espíritu y en Romanos 8:16 recibimos el testimonio de Dios de que somos hijos. Cuando esto ocurre las funciones de nuestro espíritu con respecto a Dios son restablecidas y avivadas.
Nuestro espíritu es la parte del hombre que tiene la capacidad de tener conciencia de Dios contactar, recibir, unirse y adorar a Dios, tal como dice: Juan 4:24 : “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y con veracidad es necesario que adoren”..
Nuestro espíritu es el órgano que da substancia al elemento divino, al ejercitar sus sentidos espirituales, por tanto podemos “oír” (Apocalipsis 1:10), “ver” (Apocalipsis 1:12), gustar (1 Pedro 2:2-3) nacer de Dios (Juan 3:6) y adorarle en nuestro espíritu ( Juan 4:24).
Por tanto, toda persona necesita orar a Dios, pidiendo perdón por sus
pecados para ser limpiados por la sangre que fue derramada por Cristo en
la cruz y recibir así la vida de Dios dentro en su interior, para ser
lleno de ella.
Señor me abro a ti, perdona mis pecados y límpiame con tu sangre. Gracias por haber muerto por mi en la cruz. Te acepto como mi Señor, salvador y mi vida. Te ofrezco mi vida y te ruego que entres en mi ser. Gracias..