La ascensión de Cristo



Después de los cuatro Evangelios tenemos el libro de Hechos. En el primer capítulo de Hechos, el punto principal es la ascensión de Cristo. Aquí vemos cómo los discípulos vieron a Cristo ascender a los cielos: “Habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, mientras Él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué os quedáis mirando al cielo? Este Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera que le habéis visto ir al cielo” (vs. 9-11).

Muchos cristianos saben que Jesús ascendió a los cielos después de Su resurrección, pero no muchos conocen el verdadero significado de la ascensión de Cristo. Todos sabemos el significado de Su crucifixión y Su resurrección; sin embargo, sería muy difícil para nosotros explicar el verdadero significado de la ascensión de Cristo. En la Biblia la ascensión de Cristo reviste gran importancia. En todos los versículos referidos, encontramos algunos puntos principales en cuanto a la ascensión de Cristo. Si los juntamos, podremos ver el significado de la ascensión de Cristo.

Aspectos fundamentales  de la ascensión de Cristo:  

Su exaltación. 
Después que Cristo fue resucitado, Dios le exaltó hasta lo sumo. Los hombres lo mataron e incluso lo pusieron en una tumba, pero Dios lo levantó. Más aún, no sólo lo resucitó del sepulcro, sino que lo exaltó hasta lo sumo. “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil. 2:9-11). Mediante Su ascensión, Cristo llegó a ser Aquel que está sobre todo. Él fue exaltado por encima de todo principado, autoridad, poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra. Esto no es sólo en este siglo, sino también en el venidero: “Que hizo operar en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a Su diestra en los lugares celestiales, por encima de todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero” (Ef. 1:20-21). Esto significa que en todo el universo, nada está por encima de Cristo. Todo está por debajo de Él;¡Aleluya!  ¡Él está por encima de todo!
Cristo, en Su ascensión, traspasó los cielos (He. 4:14), así que ahora Él no sólo está en el cielo (He. 9:24), sino que también está por encima de los cielos, mucho más allá de todos los cielos (Ef. 4:10)
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Su investidura 
 La ascensión de Cristo es en realidad la investidura de Cristo. Cuando un presidente de los Estados Unidos es elegido, él no toma oficialmente posesión de Su cargo sino hasta el día de Su investidura. Según la asamblea legislativa, él debe ser investido. Antes de su investidura él ya ha sido elegido presidente, pero este hecho aún no es oficial. Es sólo el día de su investidura que él oficialmente llega a ser presidente de los Estados Unidos.

El día en que Jesús nació, Él ya era nuestro Salvador, pero aún no lo era de manera oficial, pues no hubo ninguna ceremonia de investidura. Incluso después que Cristo fue crucificado y resucitado de los muertos, esto no se anunció a todo el universo. Fue hasta el día en que Jesús fue exaltado por la diestra de Dios al lugar más encumbrado del universo que Dios hizo esta declaración. Fue entonces que Dios invistió a Cristo en Su cargo.

Antes de este día de investidura, e incluso antes de los cuarenta días en los cuales el Señor estuvo con Sus discípulos después de la resurrección, Jesús tuvo una ascensión secreta. En la mañana del día de Su resurrección, Él fue al Padre. Juan 20 nos dice que en la mañana del día de la resurrección, María la magdalena quiso tocarle, pero el Señor le dijo: “No me toques, porque aún no he subido a Mi Padre; mas ve a Mis hermanos, y diles: Subo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y a vuestro Dios” (v. 17). Luego, en la noche de aquel mismo día, Él abiertamente les mostró a Sus discípulos Sus manos y Sus pies, y les dijo que lo palparan (Lc. 24:39). Por lo tanto, Él debe de haber ascendido de manera secreta al Padre ese mismo día. Es por ello que le dijo a María que les dijera a Sus hermanos que subía a Su Padre. No obstante, ésa fue una ascensión secreta, pues nadie lo vio ascender.

Sin embargo, cuarenta días después, Jesús ascendió públicamente. Aquello fue universalmente abierto. Todos los discípulos vieron a Jesús ascender y oyeron a los ángeles declarar que Él regresaría de la misma manera. Fue esta ascensión pública la que constituyó la investidura de Jesús. Por medio de Su ascensión, Jesús fue investido en Su cargo. Luego todo fue hecho oficial. Él llegó a ser el Salvador oficialmente.

Ser hecho Señor y Cristo
“Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo” (Hch. 2:36). Él además fue hecho Príncipe, que significa Líder y Autor, y fue hecho Salvador: “El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. A éste Dios ha exaltado a Su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados” (5:30-31). Cuando fue exaltado, el Señor Jesús fue hecho el Señor, el Cristo, el Príncipe y el Salvador. Por supuesto, podemos afirmar que Él ya era el Salvador. ¿Por qué entonces fue hecho el Salvador cuando fue exaltado? Debemos comprender que antes de Su ascensión Él ya era el Salvador pero no de manera oficial. Él fue hecho el Salvador oficialmente cuando fue exaltado. Por medio de Su ascensión, Él fue hecho el Señor, el Cristo, el Príncipe o el Autor, y el Salvador.

En Filipenses 2:10 también vemos los tres niveles del universo: los cielos, la tierra y debajo de la tierra. Los que están en los cielos son los ángeles, los que están en la tierra son los hombres y los que están debajo de la tierra son los muertos. Viene el día cuando en todos estos niveles, todos doblarán sus rodillas y confesarán que Jesucristo es el Señor. Confesar públicamente que Jesucristo es el Señor equivale a invocar al Señor (Ro. 10:9-10, 12-13). Al Señor Jesús como hombre, Dios lo hizo Señor en Su ascensión. Por consiguiente, toda lengua debe confesar que Él es el Señor. Esta confesión es para gloria de Dios el Padre.
 
Como Hombre hecho Señor
Ahora entendemos el significado de la ascensión de Cristo: ella fue Su investidura oficial. En primer lugar, Él fue hecho el Señor. Como Dios, antes de Su encarnación, el Señor Jesús ya era el Señor; pero después de Su encarnación, este mismo Dios se había hecho hombre. Dios era el Señor, pero el hombre no lo era. Sin embargo, el Señor se hizo hombre, y este hombre fue crucificado, sepultado y resucitó de los muertos. Fue entonces que el hombre Jesús llegó a ser el Señor. Para que Dios sea el Señor, no se requiere ninguna clase de investidura. Pero para que un hombre insignificante procedente de un pueblo humilde de una región menospreciada fuese hecho el Señor, se requería una verdadera ceremonia de investidura. Él no fue hecho el Señor en Su condición de Dios; como Dios Él ya era Señor. Ahora este hombre de Nazaret fue investido para ser el Señor de todo.

Un nombre sobre todo nombre
Cuando el Señor ascendió y fue exaltado hasta lo sumo, a Él le fue dado un nombre que es sobre todo nombre, un nombre en el cual toda rodilla se doblará y toda lengua confesará. Éste nombre es Jesús. Algunos quizás argumenten diciendo que el nombre Jesús le fue dado en el momento de Su nacimiento. ¿Por qué le fue dado el mismo nombre en Su ascensión, el nombre en el cual toda rodilla se doblará y toda lengua confesará? Nuevamente, el nombre que le fue dado a Él en Su nacimiento no fue tan oficial. En Su ascensión el nombre Jesús fue hecho más oficial. Antes de Su ascensión, en el sentido oficial, “Jesús” no era un nombre que estaba por encima de todo otro nombre. Fue por medio de Su ascensión que Dios declaró a todo el universo que el nombre de Jesús es un nombre sobre todo nombre: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil. 2:9-11). Ésta es una especie de declaración, anuncio y proclamación a todo el universo. Todo el universo tiene que saber que Dios oficialmente ha hecho el nombre de Jesús un nombre que está por encima de cualquier otro nombre.

Exhibió su victoria y sometió todo bajo Su autoridad 
El hecho de que Cristo está ahora en ascensión no sólo significa que El está en los cielos, sino también que El tiene poder y autoridad. En Su ascensión, Cristo posee todo poder y toda autoridad sobre el universo. Mateo 28:18 dice que el Cristo resucitado declaró a Sus discípulos: “Toda potestad me ha sido dada en el cielo y en la tierra”. 

En Efesios 1:20-21 Primero, el poder que Dios hizo operar en Cristo, resucitó a Cristo de los muertos. Este poder ha vencido la muerte, la tumba y el Hades, donde están retenidos los muertos. La muerte y el Hades no pudieron retener a Cristo (Hechos 2:24), debido al poder de resurrección de Dios. En segundo lugar, el poder que Dios hizo operar en Cristo sentó a Cristo a Su diestra en los lugares celestiales, por encima de todo. La diestra de Dios, donde Cristo fue sentado por la supereminente grandeza del poder de Dios, es el lugar de mayor honra, el lugar de autoridad suprema.

El Señor en ascensión trascendió y conquistó todos los enemigos. Los enemigos no fueron completamente subyugados en la resurrección del Señor porque antes de Su ascensión Él todavía estaba bajo el aire, es decir, bajo todos los enemigos, principados y autoridades. Fue sólo después que Él ascendió que exhibió a todo el universo que Él lo había vencido todo, trascendido todo y conquistado todo. Fue entonces que llegó al lugar más elevado del universo y se sentó, habiendo recibido el nombre más elevado, la posición más elevada y la autoridad más elevada.

En la ascensión Jesús fue hecho Cristo, y todas las cosas fueron sometidas bajo Sus pies. Hoy en día Él es la Cabeza, y nosotros somos Su Cuerpo. Como Su Cuerpo, nosotros estamos sentados juntamente con Él en los lugares celestiales. Por tanto, con tal autoridad y poder que recibió en Su ascensión, el Señor está muy activo. ¿Qué está haciendo ahora? Como el Cristo ascendido, El lleva a cabo Su propagación universal y eterna.

Cabeza sobre todas las cosas
En la ascensión del Señor  todas las cosas fueron sometidas bajo Sus pies, y Él fue dado por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia: “Que hizo operar en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a Su diestra en los lugares celestiales, por encima de todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo Sus pies, y lo dio por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es Su Cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo” Ef. 1:22-23)..

El Autor y Originador
Él también fue hecho el Príncipe, que significa Autor, Originador. Todas las cosas de la vieja creación se habían vuelto viejas e inútiles para Dios. Pero ahora Dios tiene una nueva creación donde todo es nuevo. Por medio de Su ascensión, Jesús fue investido para ser el Autor y Originador de todo lo nuevo. Él no sólo es el Autor de la vida, sino de todas las cosas....

El salvador oficial
Por medio de la ascensión que Jesús llegó a ser el Salvador oficial. Dios declaró a los cielos, a la tierra e incluso a los judíos incrédulos que Jesús de Nazaret había sido oficialmente designado por Dios para ser el Salvador de ellos. Por lo tanto, Él fue autorizado por Dios para dar arrepentimiento a Israel y perdón de pecados: “El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. A éste Dios ha exaltado a Su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados” (Hch. 5:30-31). ¡Aleluya! Nuestro Salvador no es un Salvador secreto. Nuestro Salvador hoy es un Salvador oficial. Él fue oficialmente investido ante todo el universo.

La promesa y el derramamiento del Espíritu para investir de poder a los creyentes.
El Espíritu Santo en Juan 20:22 fue soplado como aliento en los discípulos el día de la resurrección del Señor a fin de ser para ellos el Espíritu de vida y realidad, Igualmente en nosotros, cuando creemos recibimos el Espíritu Santo como aliento y como vida, entrando en nosotros para que vivamos a Cristo. El Espíritu de vida no es dado por causa de la resurrección del Señor. Esto corresponde al aspecto esencial del Espíritu.

El mismo Espíritu Santo en Hechos 2:2-4 fue derramado desde los cielos después de la ascensión de Cristo y vino sobre los discípulos el día de Pentecostés como un viento a fin de ser para ellos el Espíritu de poder. El Espíritu que Dios derrama es por causa de la ascensión de Cristo, El cual es investido con toda autoridad y poder y transfiere este Poder al Espíritu que se derrama para investirnos de poder para la obra de Su ministerio en la tierra por medio del Cuerpo.   Esto corresponde al Espíritu de la promesa y al aspecto económico del Espíritu. El termino  económico significa ser para la economía de Dios, para la obra de Dios, para llevar a cabo Su plan. El mismo Espíritu está dentro de los creyentes en el aspecto esencial de vida y también sobre ellos en el aspecto económico de poder, y es un mismo y solo Espíritu pero en dos aspectos. 

Ministrar los dones y ministerios para la edificación del cuerpo
 En Su ascensión Jesús obtuvo la posición requerida para recibir todos los dones de parte del Padre y para dar dichos dones a los creyentes. Esto tiene como meta la edificación de Su Cuerpo. “A cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual la Escritura dice: ‘Subiendo a lo alto, llevó cautivos a los que estaban bajo cautiverio, y dio dones a los hombres’ Y Él mismo dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo” (Ef. 4:7-8, 11-12).

Antes de la ascensión del Señor, Él podía dar los dones, pero en cierto modo, Él no tenía la posición oficial para hacerlo. Pero por medio de Su ascensión, Él oficialmente obtuvo la posición para recibir todos los dones de parte del Padre y para entregar estos dones a Sus miembros con miras a la edificación de Su Cuerpo.

El Cristo ascendido
para la edificación de la iglesia
Necesitamos ver que la frase a la iglesia indica que todo lo que Cristo es en Su ascensión es transmitido a la iglesia. Porque la trasmisión divina no se lleva a cabo de una vez para siempre, la iglesia debe recibirla continuamente. Es posible que la electricidad esté instalada permanentemente en un edificio, pero la electricidad es transmitida continuamente. De la misma manera, Dios resucitó a Cristo, le sentó en los lugares celestiales, puso todo bajo Sus pies, y le dio la gran ofrenda de ser la Cabeza sobre todas las cosas. Ahora, todo lo que Cristo es en Su ascensión está siendo transmitido a la iglesia. Esta es la trasmisión continua a la iglesia del Cristo ascendido junto con el significado completo de Su ascensión.

¡La ascensión de Cristo tiene por finalidad la edificación del Cuerpo! Cristo, la maravillosa Persona ascendida, ha sido investido plenamente por Dios. Él es el Edificador que lleva a cabo el proyecto de Dios, que es la vida de iglesia hoy y que finalmente llegará a su consumación en la Nueva Jerusalén en el futuro. Éste es el verdadero significado de la ascensión de Cristo.

En conclusión:

El significado de la crucifixión es dar fin a oda la vieja creación, el de la resurrección es hacer germinar la nueva creación  y el de la ascensión es Su investidura celestial y universal

En la historia jamás ha habido un nombre más elevado que el del Señor Jesús. El nombre más elevado, el nombre más grandioso, en el universo es el nombre de Jesús.. En ascensión, Cristo es Aquel que fue exaltado por Dios, Aquel que recibió un nombre que es sobre todo nombre [Fil. 2:9] ¡Cuán maravilloso es Cristo! Él se humilló a Sí mismo al máximo, pero Dios lo exaltó hasta la cumbre más alta. Al Señor Jesús como hombre, Dios le hizo Señor en Su ascensión (Hechos 2:36). Por consiguiente, toda lengua debe confesar que Él es el Señor.

 Así pues, hemos visto esta persona maravillosa, Aquel que fue investido en Su cargo como Señor de todo, Aquel que fue designado, el Autor de todo, el Salvador y la Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia. Fue en Su acto de investidura que Él recibió al Espíritu Santo de la promesa, todos los dones del Espíritu Santo y todos los miembros del cuerpo. Luego, diez días más tarde, Él regresó para producir la iglesia y edificar el Cuerpo. Éste es el verdadero significado de la ascensión de Cristo.


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