La justicia subjetiva y el galardón


Mientras la iglesia se encuentra en una profunda degradación, nosotros debemos ser los vencedores que viven a Cristo e incluso lo expresamos en nuestro vivir como nuestra justicia subjetiva de día en día. 

A los ojos de Dios, el lino fino [Ap. 19:8] es el Cristo que es expresado en nuestra vida diaria. La palabra limpio en el versículo 8 se refiere a la naturaleza, mientras que resplandeciente se refiere a la expresión. La palabra griega aquí traducida “acciones justas” también podría traducirse “justicias”

La justicia que recibimos para ser salvos [1 Co. 1:30] es objetiva y nos da la capacidad de cumplir los requisitos del Dios justo, mientras que aquí las acciones justas de los santos vencedores son subjetivas (Fil. 3:9) y nos hace aptos para que cumplan los requisitos del Cristo vencedor. Por tanto, el lino fino denota a Cristo, nuestra vida vencedora, a quien expresamos en nuestro vivir.

Lo producido por la vida interior es el lino fino con el cual estamos vestidos. A fin de asistir a un banquete, especialmente a un banquete de bodas, tenemos que vestirnos de la manera apropiada. Del mismo modo, necesitamos vestir el traje apropiado para asistir al banquete de bodas del Cordero.

Según la revelación contenida en las Escrituras, los creyentes debemos tener dos vestimentas

El primer vestido es para nuestra salvación que nos cubre como el vestido que le fue puesto al hijo pródigo en Lucas 15:22 y representa a Cristo como nuestra justicia con el propósito de que seamos justificados por Dios en Su presencia, que es nuestra salvación subjetiva.

El segundo vestido es para nuestra salvación subjetiva que es nuestra recompensa representada por el vestido de lino fino en Apocalipsis 19:8. con el cual están vestidos los creyentes vencedores, que corresponde al traje de boda mencionado en Mateo 22:11-12, que nos hace aptos para asistir a la fiesta de bodas del Cordero. Este vestido es la obra del Espíritu Santo dentro de nosotros. Es el propio Cristo al que vivimos y el cual es expresado por medio nuestro en nuestro diario vivir. Éstas son las acciones justas de los santos (v. 8).

El segundo vestido es la obra del Espíritu Santo dentro de nosotros. Es el propio Cristo al que vivimos y el cual es expresado por medio nuestro en nuestro diario vivir. Éstas son las acciones justas de los santos (v. 8)

El segundo vestido es también la justicia insuperable a la que se hace referencia en Mateo 5:20. Allí el Señor Jesús dice: “Si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”. Esta justicia no es la justicia objetiva, el Cristo a quien recibimos como nuestro vestido para nuestra salvación. Esta justicia es la justicia subjetiva, el Cristo a quien expresamos en nuestro diario vivir. En Cristo, quien es nuestra justicia, hemos sido justificados y salvos; pero después de recibir a Cristo debemos expresarlo en nuestro vivir. Debemos vivir por Cristo a fin de que Él pueda llegar a ser nuestra justicia subjetiva. Esta justicia subjetiva nos hace aptos para participar en la cena de bodas del Cordero. Fuentes: La conclusión del Nuevo Testamento, pág. 4544. Lecciones de la verdad Nivel 4 págs. 62-63.


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Apuntes de publicaciones de Living Stream Ministry.


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